El riesgo de la regresión
Cuando los procesos de cambio llevan algunos años en marcha y se consiguen mejoras evidentes de rendimiento, los directivos pueden sentirse inclinados a cantar victoria. Sin embargo, existe un riesgo grave de regresión a los viejos métodos, si los cambios no han arraigado con profundidad en la cultura de
Mi experiencia
como consultor en intervenciones de reingeniería me ha mostrado que, tras los
buenos resultados de los primeros proyectos al cabo de un par de años, se “brinda
al sol” y se prescinde del apoyo externo de consultoría. Sin embargo, pasado un
tiempo los útiles cambios introducidos han desaparecido sin dejar rastro.
Factores críticos de riesgo
A lo largo de los últimos quince años he tenido la oportunidad de comprobar esta misma dinámica en proyectos de mejora de la calidad y de desarrollo organizativo. Es probable que las dificultades se dieran en las primeras fases del proceso de cambio: visión poco clara del cambio, insuficiente sentido de urgencia o escaso poder del equipo de cambio.
No obstante, el
factor que acostumbra a dispersar el esfuerzo de cambio es la celebración
prematura de la
victoria. Cuando este hecho se da, las fuerzas de resistencia
al cambio inician un sigiloso camino de influencia y regresión.
Una combinación fatal
Aunque resulte
socarrón decirlo, una causa frecuente de proclamación precoz de la victoria es
la combinación de promotores y detractores del cambio. Suele pasar que con los
primeros buenos resultados, los activistas del cambio se desbocan y a los
festejos se unen los miembros de la resistencia, quienes ávidos de poner freno
al cambio, declaran que la victoria es señal de que se ha ganado la guerra, y que
es tiempo de “volver a casa”. Convencidos de haber ganado, los promotores se
relajan y el cambio queda paralizado para dejar que la tradición vuelva a
imperar en la organización.
La victoria como elemento amplificador del cambio
Frente a la
alternativa de cantar victoria, los directivos al frente de iniciativas de éxito utilizan la credibilidad que les otorgan sus logros
para amplificar el alcance del cambio, consolidando las mejoras e iniciando
transformaciones frente a problemas más grandes todavía:
- Cambiar sistemas, estructuras y políticas que no encajan con la nueva visión.
- Contratar, promocionar y formar a empleados capaces de hacer realidad la visión.
- Fortalecer el proceso de cambio con nuevos proyectos, temas y agentes.